lunes, 9 de julio de 2012

GUANAJUATO

 

 

GUANAJUATO PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD






La ciudad de Guanajuato, fundada en 1557, es sin duda una de las más hermosas de todo el país y aún de América. Antigua ciudad minera construida en un valle, la capital se extiende por los cerros que la rodean, ofreciendo un paisaje irregular y pintoresco. Con su arquitectura colonial y sus estrechas y sinuosas calles empedradas, no es sorprendente que fue declarada, en 1988, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad está animada de una tremenda actividad, tanto de día como de noche con sus restaurantes de cocina regional, nacional e internacional, sus bares y discotecas. Guanajuato tiene varios hoteles magníficos para todo presupuesto y una variedad de servicios turísticos. Su encanto antiguo y su importante vida cultural hacen de Guanajuato una de los mejores destinos para los turistas tanto nacionales como extranjeros.




RESEÑA HISTORICA



Escudo
El escudo del Municipio consiste en una placa de oro, que lleva en el centro la imagen de Santa Fe. Por su base se enlaza a una concha sostenida por dos ramas de laurel, unidas por una cinta azul, apoyándose todo sobre una repisa de orden compuesto que representa ser de mármol de colores, con adornos de oro. Forma su cabeza o capote del escudo, la corona real de Castilla, sostenida por un tablado de hojas de acanto. El campo de oro significa la riqueza minera de la región, abundante en metales preciosos. La figura femenina representa y recuerda a Santa Fe de Granada y simboliza el triunfo de los reyes católicos sobre los dominadores musulmanes. El remate es símbolo de grandeza; los laureles y los acantos, de victoria y de fidelidad, respectivamente. Los mármoles recuerdan la abundante variedad de este material en los alrededores montañosos.


Reseña Histórica
Los primeros pobladores del asentamiento fueron los otomíes, quienes más tarde fueron desplazados por un grupo chichimeca. En 1546, durante la época de la Colonia, por orden del Virrey Antonio de Mendoza se fundó La Estancia de Guanajuato denominándosele Real de Minas de Guanajuato; posteriormente, a la llegada de Preafán de Rivera, primer alcalde del ayuntamiento, toma el nombre de Santa Fe Real de Minas de Guanajuato, designándose a la población Alcaldía Mayor en 1574. El 26 de octubre de 1679, por decreto del Virrey Enrique de Rivera, se le confiere a Guanajuato el título de Villa, tomando el nombre de Villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato. Recibe la categoría de muy noble y leal Ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato en el año de 1741 por orden del Rey Felipe V, y en 1790 la población es declarada intendencia. En el México independiente, en 1824, con la promulgación de la primera Constitución de la República, se convierte en la Ciudad Capital del Estado Libre y Soberano de Guanajuato.


Cronología de Hechos Históricos
El 28 de septiembre de 1810, don Miguel Hidalgo envía al intendente de Guanajuato la carta de intimidación para que entregue la plaza. Al ser desoído, Hidalgo decide conquistarla por la fuerza, librándose la primer batalla de la insurgencia conocida popularmente como la toma de la Alhóndiga de Granaditas. En 1821 los jefes militares Luis de Cortazar y Anastasio Bustamante se adhieren al Plan de Iguala; el 24 de marzo ocupan la Ciudad de Guanajuato. Meses después, el 8 de julio de 1821, se jura la Independencia de México en toda la provincia de Guanajuato. En 1828 el Colegio de la Purísima Concepción pasó a ser institución oficial del Estado y con el tiempo se convirtió en la Universidad de Guanajuato. En 1848, inconformes con el Tratado de Guadalupe que dio fin a la guerra con Estados Unidos de América, se levantan en armas los generales Mariano Paredes yManuel Doblado, quienes junto con Celedonio Dómeco Jarauta ocupan la capital del Estado. Son derrotados y Celedonio Dómeco es fusilado. El 5 de febrero de 1857 se promulga la nueva Constitución General de la República y en la Ciudad de Guanajuato se jura solemnemente el 24 de marzo del mismo año. El 19 de enero de 1858 es declarada provisionalmente Capital de la República la Ciudad de Guanajuato por el Presidente de la República Lic. Benito Juárez, en su estancia en este lugar. En diciembre de 1863 cae Guanajuato en poder de los imperialistas y el 9 del mismo mes la Ciudad de Guanajuato tuvo que soportar la presencia del ejercito francés. El 8 de septiembre de 1864, arriban a la Ciudad Carlota y Maximiliano, permaneciendo en ella durante 8 días. En 1868, al cabo de la ocupación imperialista, la Ciudad de Guanajuato es recobrada por las fuerzas del General Florencio Antillón el 26 de enero. En el año de 1876 se inicia un marcado auge de la actividad minera, con la inversión de empresas extranjeras que promovió en esa época Porfirio Díaz. En 1900 se clausuró la Casa de Moneda de Guanajuato. En 1903 se recibió al presidente, General Porfirio Díaz, quien inauguró el Teatro Juárez, la Presa de la Esperanza, el monumento a la Paz, el monumento a Hidalgo y el palacio de los Poderes Legislativo y Ejecutivo.


ATRACCIONES TURISTICAS

CALLES Y CALLEJONES




callejon constancia

La arquitectura colonial que la embellece, sus conocidos techos de bóveda, los empedrados que nos transportan al pasado recordándonos la historia de esta ciudad y los misterios envueltos en sus famosas leyendas; La cultura que empapa a los teatros, las tradiciones y el arte en sus museos; Sus festividades y un ambiente de romance que permanece en su entorno, nos hace dedicarle tiempo a esos detalles que la hacen tan especial y tan típica; Las calles que hacen sus rutas, esos callejones que están llenos de historias llevan en su trayecto leyendas, historias y tradiciones que evocan la Colonia. La ciudad de Guanajuato es la protagonista de estas líneas, las vías que nos llevan a conocer su magia y nos convidan sus memorias.



callejon del beso

Cuenta la leyenda, que un par de enamorados ponen fin a su relación cuando el padre de Ana clava una daga a su propia hija, antes de verla con Carlos, quien la esperaba a fuera de su balcón. Una tragedia envuelta de romance ha sido contada millones de veces a quienes pasean por el Callejón del beso. Seguramente otros miles de enamorados se han encontrado en este callejón bajo la complicidad de su estrechez de apenas 68 centímetros y se han sentido atraídos por esta historia, que culmina cuando Carlos besa la mano de Ana, una mano fría, una mano sin vida


Siempre que visitamos algún destino turístico en nuestros recorridos y en las rutas que trazamos nos encontramos con calles que distinguen los diferentes atractivos a visitar. Sin embargo, en la ciudad de Guanajuato uno de los atractivos más relevantes son las mismas calles. Estas son parte de la belleza escénica, ellas son las protagonistas de un sin fin de historias. Tal es el caso de un recorrido de tres kilómetros al que llamaron  “La calle Miguel Hidalgo; una calle subterránea, ya que fue construida sobre el río Guanajuato. Además de ser una arteria que tiene acceso a la Plaza Allende, a la Plaza Gavira y al Jardín de la Unión, representa un atractivo para los peatones y los automovilistas. Le  acompañan en el recorrido de esta calle unos arcos de cantera dignos de admirarse. Esta calle ha sido considerada una de las 13 maravillas creadas por el hombre


Esta calle principal es parte de los 12 túneles construidos entre 1883 y 1905 para liberar a la ciudad de las aguas que caysaban múltiples inundaciones, por lo que se llevó el río por ellos hasta desembocar en la presa de Pozuelos. Hoy maravillan a quienes los recorren a pié o en automóvil.

calle subterranea


La singularidad de sus calles y callejones han heredado el término español como propio para los que viven en esta majestuosa ciudad; Estudiantes, turistas y pobladores han hecho una tradición local el ¨callejonear¨. Cantos y bailes  suceden empezando por el Callejón de Constancia, más tarde se dirigen al Callejón Salto del Mono. Ideal para una serenata es el Callejón de la luz. La callejoneada finaliza después de haber pasado el Callejón La Barranca y Patrocinio y haber llegado al estrecho callejón con el par de balcones casi pegado uno del otro, el ya mencionado balcón de Ana y Carlos, el Callejón del Beso


Según el sitio Guanajuatocapital.com, bajo el crucero de la Calle Alonso, Juárez y Juan Valle se encuentra el Puente de Nuestra señora de la Soledad o Puente Nuevo, que fue abovedado en 1820. En esta encrucijada fue abierta en el siglo pasado la calle Juan Valle para comunicar a la de Positos con la de Juárez. Por esta arteria, también denominada calle nueva, se llega al túnel Santa Fe de Guanajuato, que conduce a los barrios de San Clemente, San Luisito y Cata.


Se sabe que en una de las casas de esta vía nació en 1838 el prestigiado poeta ciego Juan Valle, de tendencia liberal que no dudó en participar con su pluma en los acontecimientos políticos de este periodo, a tal grado que llegó a conocérsele como "el poeta de la reforma".



calle

Converge a la calle de Juan Valle la calle Positos, que inicia en la terminación de Lascuráin de Retana, junto a la escalinata de la Universidad de Guanajuato, hasta el museo Alhóndiga de Granaditas. A esta vía se le conoció a principios del siglo XVII con el nombre de la calle Real, dado que los demás caminos eran para uso exclusivo de las haciendas de beneficio. En 1696, cuando la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Guanajuato llegó a la villa, fue conducida por la calle de Positos con rumbo a la Basílica.

Su nombre se derivó de los depositados de maíz que según parece se encontraban en esta zona. También se ha atribuido en nombre de la calle al pozo que existió en la casa del padre Busto, vecino de esta zona. Importante es, sin embargo, que a todo lo largo de la calle de Positos pueden apreciarse numerosas casas que datan de diferentes épocas, por ejemplo las casonas del actual Museo del Pueblo de Guanajuato y también la del Museo Diego Rivera.

El Teatro Juárez, que se embellece con los leones esculpidos en bronce, sus columnas de cantera verde, el mármol de las esculturas que posan en el pedestal y todos los detalles de este recinto que es uno de los principales atractivos de esta ciudad, es un sitio que es indispensable conocer cuando se es visitante de esta ciudad mexicana. Alonso es el nombre de la calle que se localiza atrás del Teatro y que alberga en su recorrido al Mesón de San Antonio en el número 12, casona del siglo XVlll que fue utilizado como albergue.


También hay hostales y hoteles que decoran con sus fachadas el paso de la calle. Finalmente encontramos una pequeña plaza, una casa en cantera rosa y podemos dirigirnos a la ruta de los callejones empinados que comienza en el callejón de la Luz, muy cercano al final de esta vía.


Historia, tradición y cultura son una mezcla de los ingredientes que se perciben al caminar por las calles y callejones de esta ciudad Colonial. Estos pasillos se llenan de gente al celebrarse anualmente el Festival Cervantino, encuentro artístico que se lleva a cabo en el estado, con la presencia de artistas nacionales e internacionales y que año con año empapa sus plazas, sus esquinas y por supuesto, todos los rincones de sus calles con un sabor especial. Trasladarse de un recinto a otro es lo más común para cubrir con la agenda de eventos, teatro, música, danza y un sin fin de espectáculos que rodeados con el encanto de la localidad hacen de esta visita una experiencia única.
Entrada de tunel


Calles con nombres de celebridades, empedrados y pasillos adoquinados abren paso a los turistas que se encaminan hacia recorridos que no sólo cumplen con la función de conducirnos a los lugares mágicos, sino que son los vasos comunicantes de una ciudad de riqueza memorable y donde la historia en cada esquina es notable.


Visita Guanajuato, visita sus extraordinarios y maravillosos pasajes, pero sobre todo, recorre sus calles y callejones, cada uno con una historia diferente, cada uno con su atractivo propio, todo haciendo un conjunto de vialidades que suben y bajan, que penetran al subsuelo, que llevan a la montaña, que giran, se esconden y conforman el sistema arterial de una ciudad que vive de día y de noche, ofreciendo cientos de atractivos coloniales a sus visitantes, y que representan a México ante el mundo.


El Jardín Unión

Jardin Union
El centro de Guanajuato con su Jardín Unión es un lugar muy animado y agradable. Es el lugar ideal para pasear, comer en una terraza, escuchar música, comprar artesanías o simplemente pasar un rato placentero.

Basilica de Nuestra Señora de Guanajuato


La Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato

Construida al final del siglo XVII, la Basílica reune elementos de estilos diferentes, como barroco, neoclásico y churrigueresco.


 

 

 

El Templo de San Diego

Templo de San Diego
El templo de San Diego data del siglo XVIII. Situado en el centro de Guanajuato, se distingue por su portada muy detallada.





 

 

 

El Teatro Juárez

El teatro Juárez es una de las joyas arquitectónicas de Guanajuato, tanto por su interior como por su exterior. Está coronado de ocho grandes estatuas de bronce que representan a las musas de la mitología griega. En este lugar se presentan espectáculos variados (artistas locales, internacionales, musicales, etc.).

MUSEOS

Museo Regional de la Alhóndiga de Granaditas

Museos/General
Este edificio tiene un gran valor histórico, debido a que es uno de los escenarios históricos en donde se gestó la Guerra de Independencia. En sus salas cuenta con importantes colecciones que dan cuenta de la historia de nuestro país, además de que algunos de sus muros se plasman diferentes pasajes de la historia, a través de la obra de José Chávez Morado.
Mendizábal No. 6, Centro Histórico (473) 732 1112 General $33, Maestros, estudiantes y tercera edad, gratuito. Martes a Sábado 10:00 a 18:00. Domingo 10:00 ? 15:00 alhondiga@int.com.mx http://www.museoalhondiga.org/

Museo Dieguino

Museos/General
El Museo expone por sí mismo los cambios del nivel que ha sufrido la ciudad durante sus cuatro siglos y medio de existencia, así como el estilo de arquitectura de los religiosos durante el siglo XVII.
Calle Sopeña, Anexo al Templo de San Diego (473) 73 2 74 31 General $6, Menores de 7 años Entrada Gratuita Lunes a Domingo 10:30 - 18:30 museodieguino@yahoo.com.mx  

 Museo del Pueblo de Guanajuato

Museos/General
Ubicada en el corazón de la ciudad de Guanajuato, esta mansión colonial del siglo XVII, fue propiedad de los Marqueses de Rayas. Posteriormente, los Maestros José Chávez Morado y Olga Costa fundan en 1979 el museo, que tendrá como principal objetivo propiciar, promover y exponer el arte de México en sus diversas manifestaciones. En su acervo cuenta con una de las colecciones permanentes de obra artística mexicana más representativa del siglo XVIII y XIX del país.

Positos No. 7 Tel y Fax 01 (473) 7 32 29 90 Martes a Sábado 10:00 ? 19:00 Domingos 10:00 ? 15:00 General $15, Estudiantes $5 culturag@redes.int.com.mx  

 Museo de las Momias.

Museos/General
Cuando en 1865 se iniciaron las obras para ampliar el panteón de la ciudad se descubrió la momificación de los restos humanos, producto de la combinación de un suelo rico en minerales y de un aire bastante seco. El museo exhibe los cuerpos rescatados.
 Explanada del Panteón Municipal Santa Paula s/n. (473) 73 2 06 39 Entrada General $50.00 Niños de 6 a 11 años $30.00, Estudiantes con credencial $35.00 y personas de la tercera edad con credencial $15.00 Lunes a Domingo 9:00 - 18:00   http://www.guanajuatocapital.gob.mx/

 Museo de las leyendas

Museos/General
En sus salas se representan las diferentes leyendas de Guanajuato, que son relatadas a través de impactantes efectos visuales, luminosos y sonoros.

Positos 47, subida del molino y Panorámica s/n (473) 73 10 213 General de 4 años en adelante $50 Lunes a domingo, 11:00 ? 18:00. Informacion@casadelasleyendas.com http://www.casadelasleyendas.com/




Minerología

Museos/General
Minerología    Incluido en la Facultad de Minas de la Universidad de Guanajuato, cuenta con 20,450 muestras de materiales de todas partes del mundo, es uno de los más ricos en su género. Ex Hacienda de San Matías s/n (473) 732-2291. Entrada Libre Horarios: de lunes a viernes 9:00 ? 18:00


 Sala Tomás Chávez Morado

Museos/General
Exhibe instalación y piezas de arte contemporáneo en exposiciones temporales. Ubicada al pie de la Magna Escalinata del Edificio Central de la Universidad de Guanajuato (473) 73 2 00 06 Entrada Libre Lunes a Sábado 10:00 - 18:00

 Sala Jesús Gallardo

Museos/General
Planta Baja del Antiguo Edificio de Relaciones Públicas (473) 73 2 00 06 Entrada Libre Lunes a Sábado 10:00 - 18:00

 Sala Hermengil-do Bustos

Museos/General
Recientemente remodelada, es considerada como uno de los más dignos espacios de exposiciones del país. Alberga exhibiciones temporales de gran nivel y variedad en procedencia, corrientes y autores. Lascuráin de Retana 5. Bajos del Edificio Central de la Universidad de Guanajuato (473) 73 2 00 06 Entrada Libre Lunes a Sábado 10:00 - 18:00

 Pinacoteca del Templo de la Compañía de Jesús

Museos/General
Es la antigua sacristía del Templo de la Compañía, transformada ahora en sala museográfica. En ella se exhibe una importante colección de pinturas y ornamentos de los siglos XVII, XVIII y XIX, recientemente restauradas.

Calle del Sol y Lascurain, Templo de la Compañía (473) 73 3 97 82 General $10, Estudiantes $5 Lunes a Sábado 10:00 - 17:00    


Iconográfico del Quijote


Museos/General
Fue inaugurado en 1987 y contiene una colección de pinturas, grabados, dibujos, tapices, monedas, esculturas y porcelanas dedicadas a Don Quijote. Entre las obras maestras se encuentran trabajos de José Luis Cuevas y Salvador Dalí

Manuel Doblado No. 1 473 732 33 76 y 732 67 21 Fax 473 732 61 17 General $20, Estudiantes, maestros e Gratuita. Domingo, entrada libre Martes a Sábado 10:00 ? 18:30 Domingo 10:00 - 14:30 mquijote@guanajuato.gob.mx


Galería El Atrio

Museos/General
En ella se presentan exposiciones de Fotografía e Instalación. Calle del Sol y Lascurain, Bajos del Templo de la Compañía (473) 73 2 00 06 Entrada Libre Lunes a Sábado 10:00 - 18:00  

Exhacienda San Gabriel de Barrera

Museos/General
La Ex Hacienda del Siglo XVIII cuenta con una casona colonial en donde se exhiben pinturas, muebles y tapices del siglo XVIII. Otro de los atractivos son sus 17 jardines cultivados en distintos estilos. Carretera Guanajuato-Marfil Km. 2.5 (473) 7 32 06 19 Lunes a domingo 9:00-18:00 Mayores de 12 años $22, Niños Mayores de 6 años $15, Derecho de cámara Fotográfica $20, Derecho cámara de video $25 rbarrientosg@guanajuato.gob.mx


 Ex Hacienda del Cochero (Museo de la Inquisición)

Museos/General
Localizado en una ex hacienda del siglo XVII, el museo exhibe instrumentos de tortura utilizados en esa época.

Antiguo Camino Real s/n, Valenciana (473) 73 3 47 66 Adultos $30, Niños $15 10:00-19:00 Lunes a Domingo

 

 

 Casa Museo Gene Byron


Museos/General
En el museo se exponen óleos, escultura en madera, cerámica, mubles antiguos. Su arquitectura data del siglo XVIII. Ofrece además exposición y venta de obra artística de varios autores, así como latonería, cobre, hojalata, laminado y martillado.

 Ex Hacienda de Santa Ana s/n, Marfil, Gto (473) 73 3 0129 General $20, Estudiantes $15 Lunes a Domingo 10:00-15:00 genebyron@prodigy.net.mx  


Casa Diego Rivera


Museos/General
Casa natal de Diego Rivera, el más universal de los artistas mexicanos. El edificio alberga muebles y objetos de finales del siglo XIX y principios del XX, representando lo que fuera el hogar de los Rivera-Barrientos. El museo cuenta con más de 100 obras originales de Diego Rivera, pertenecientes a la colección del Ingeniero Marte R. Gómez., una de las más importantes del país debido a la variedad de técnicas y estilos representativos de las diferentes etapas del artista.

 Positos no. 47 Tel y Fax 01 (473) 7 32 11 97 Martes a Sábado 10:00 ? 19:00 Domingos 10:00 ? 15:00 General $15.00 Estudiantes $5.00

 Casa de la Tía Aura


Museos/General
Antigua Casona, en la que un recorrido a través de sus habitaciones y sótanos se narran relatos de los espíritus que se niegan a abandonar este mundo, personas enterradas en los muros, almas torturadas en instrumentos de la inquisición; todo esto a través de figuras animadas y efectos especiales.

 Paseo de la Presa 62 (473) 73 1 18 24 General a partir de 4 años $30 Lunes a Domingo 9:00 - 18:00 Informacion@casadelasleyendas.com http://www.casadelasleyendas.com/


 Casa de Arte Olga Costa ? José Chávez Morado

Museos/General
La finca forma parte de una hacienda construida en el siglo XVII y fue residencia de los artistas Olga Costa y José Chávez Morado, quienes la donaron junto con sus colecciones al Gobierno del Estado. La Casa de Arte, que fue inaugurada en 1993, alberga una interesante colección de muebles y objetos varios de cerámica, vidrio, estofados, retablos y máscaras. Cuenta además con una importante colección de más de 500 piezas prehispánicas y de un acervo de más de 70 obras de la autoría de los propios maestros José Chávez Morado y Olga Costa, además de destacados artistas nacionales e internacionales.

Pastita no. 158, Torre del Arco Tel. y Fax 01 (473) 7 31 09 77 Martes a Sábado 9:00 - 18:00, Domingo 9:00 - 15:00 General $15.00 Estudiantes $5.00   http://www.guanajuato.gob.mx/

 Alfredo Dugés

Museos/General
El Museo de historia natural se encuentra en el Edificio Central de la Universidad de Guanajuato. Fue fundado en diciembre de 1941 con la colección de animales, plantas y fósiles del Dr. Dugés, profesor del Colegio del Estado del Siglo XIX

Lascuráin de Retana 5. Edificio Central de la Universidad de Guanajuato (473) 732 00 06 Entrada Libre Martes a sábados 10:00 ? 18:00 dugues@quijote.ugto.mx Web:www.portal.ugto.mx/duges/

MINAS


La llamada Edad de los metales comenzó hace unos 5000 años, el hombre descubrió los metales como: el oro, la plata, el cobre, la turquesa y la malaquita. El uso de estos metales precedió a la búsqueda de los yacimientos subterráneos.

Cuando los depósitos superficiales fueron agotados se hizo necesaria su explotación de yacimientos subterráneos. El hombre aprendió tempranamente a separar el mineral de interés por procedimientos mecánicos como la pulverización y el lavado. El metal que se extrajo primero fue el cobre de la malaquita, el cual fue utilizado como pigmento, esto sucedió 5000 años a.c.

El cobre fue otro metal muy apreciado y explotado. Con bronce se fabricaron muchas herramientas: cuchillo, la lima, la espada, etc. En la llamada Edad de Hierro para el año 1000 a.c. el uso del hierro se había extendido.

Datan también las primeras formas de obtener hierro acerado por calentamiento en presencia de carbón vegetal. Los romanos adquirieron la experiencia minera. Utilizaron mucho el hierro para fabricar todo tipo de armas y armaduras.

La minería continuó durante toda la Edad Media sin muchos cambios esenciales, excepto en la maquinaria para vaciar de agua las minas y para extraer el material.

Los primeros hallazgos están envueltos en un halo de leyenda del que es difícil distinguir la realidad de la fantasía. No obstante, no parece haber duda que fue en el año de 1558 cuando se empiezan a trabajar los primeros tiros de minas en Rayas y Mellado; y que es ese mismo año cuando desde estos tiros se descubre la famosa veta madre de Guanajuato. Esta prodigiosa veta corre a lo largo de los cerros que limitan la cañada guanajuatense por el norte y el nororiente, dejando en la superficie terrena una constelación de minas, tiros y bocaminas, que constantemente persiguen el quebrado trayecto de la veta.

En la cima de estos cerros se encuentran un gran número de imponentes ruinas que delatan otra cantidad igual de laboríos de extracción del mineral; de esta manera, internados entre los cerros, se encuentran las minas de Calderones, El Cedro y El Cubo, en el extremo Sur-oriental de la ciudad, y corriendo por el grupo de colinas hacia el Norte se encuentran Peregrina, Villalpando, Peñafiel, San Nicolás, Sirena, La Garrapata, Rayas-Mellado, La Cata, Tepeyac, Valenciana, Santa Ana, La Luz y muchas otras más.

Promoción de inversiones extranjeras (norteamericano, alemán y británico) para reactivar la industria minera fue también un distintivo de la época. El último gobernador porfirista de Guanajuato, Joaquín Obregón González, promovió la construcción del túnel del Cuajín y la presa de la Esperanza, ambas dirigidas por el destacado ingeniero Ponciano Aguilar.

En el siglo XX, durante la época de la revolución, la ciudad padeció los efectos de la severa crisis económica y social, fue ocupada en julio de 1914 por las tropas del general Alberto Carrera Torres, luego en febrero de 1916 el presidente Venustiano Carranza visitó la ciudad y gestionó la compra de granos para aliviar la terrible hambruna que se vivía entonces.

Guanajuato habiendo surgido de la minería cuenta con varias minas, algunas aun activas como es el Mineral de Valenciana, una de las minas que ha producido más a nivel mundial, en donde se puede visitar el antiguo tiro de la mina y hacer un recorrido de él y conocer un poco de esta industria que dio vida a Guanajuato. Además tiene una Iglesia San Cayetano, con uno de los altares más bellos de la época colonial... Interesante resulta visitar las minas de Rayas, Mellado y Cata.

 


Siendo Guanajuato Un pueblo minero, surgieron las haciendas de Beneficio, algunas de ellas localizadas en la zona de Marfil... aquí recomendamos visitar la Ex-Hda de San Gabriel de Barrera.

Las minas se clasifican por el material que producen, pero también por la forma de la veta o yacimientos; el yacimiento posee acumulaciones de mineral al cual se le llama macizo. Si se encuentra en forma de capa cubriendo grandes extensiones se dice que está precisamente así: por capas.

Las minas también pueden explotarse a cielo abierto o por galerías, según se encuentre localizado el mineral. Las minas de cielo abierto se explotan descubriendo grandes extensiones de terreno con maquinaria pesada para extraer el material de los yacimientos en capas o macizos.

La búsqueda de metales preciosos se inició una década después de que Cortés conquistó la ciudad de México, y ya en el decenio de 1530-1540 los españoles habían fundado varios centros mineros en la audiencia occidental de Nueva Galicia.

La producción de plata aumentó con rapidez, estimulada por el descubrimiento de ricos yacimientos y por la importación de métodos europeos de extracción.

En Guanajuato existen varias minas, una de las más famosas y grandes es la mina de la Valenciana, la cuál fue descubierta en 1548. La minería se inició con la llegada de los españoles a esta región; ellos establecieron varios túneles y posteriormente los convirtieron en minas.

Mina la Valenciana:

 

 



Fue la mina más rica de la ciudad y aún sigue en operación. Al final del siglo XVIII y principios del XIX, esta mina producía dos terceras partes de toda la plata de Guanajuato que se exportaba a España y Asia. La plata de la mina de Valenciana ayudó a mantener el Imperio Español y sus Colonias.

Las primeras minas de la zona fueron descubiertas hacia 1557 por don Diego de Valenciano. Un año más tarde se descubrió la legendaria Veta Madre. Como los minerales de Valenciana no presentaron valores costeables, la zona quedó semiabandonada. No sería sino hasta 1760 cuando don Antonio de Obregón y Alcocer decidiera volver a explotarla. Para fines de este siglo el tiro de esta mina llegaba a los 450 metros de profundidad y en sus túneles laboraban más de 10 mil personas.

La apertura del tiro general de San José de Valenciana se inició en 1791 y terminó en 1816, el cual sería incendiado el 25 de octubre de 1817 por soldados del general Francisco Javier Mina. Ese tiro, más tarde rehabilitado, alcanza una profundidad de 530 metros.

La explotación mineral de Valenciana produjo durante este lapso las dos terceras partes de toda la plata que se beneficiaba en Guanajuato. Tan enorme fue esa riqueza que Antonio de Obregón y Alcocer recibió en 1780, departe del rey Carlos III de España, los títulos de Conde de Valenciana y Vizconde de la Mina. De la misma forma recibieron títulos nobiliarios, por idénticas razones, don Diego Rul y don Antonio Pérez de Andujar y Gálvez.

Después de consumada la Independencia del país, se sabe que el segundo Conde de Valenciana, don Antonio de Obregón y Torrescano, concesionó las minas de su propiedad a la Anglo Mexican Co. Ltd., sin embargo, a partir de esa fecha el mineral entró en franca decadencia. En 1938 se concesionan las minas de Valenciana a la Sociedad Cooperativa Minero Metalúrgica Santa Fe de Guanajuato. Entre las minas más conocidas se encuentran: San Ramón, La Valenciana, Cata, Rayas

La Valenciana es explotada hasta hoy. Tiene un pozo principal de 525 metros de profundidad, así como galerías secundarias que abarcan una extensión de 40 kilómetros. La Cooperativa Minera que administra este histórico yacimiento ha establecido horarios de visita para los viajeros.


FESTIVAL INTERNACIONAL CERVANTINO

El Festival Internacional de el Cervantino (F.I.C.), popularmente conocido como «Cervantino», se realiza todos los años en la ciudad de Guanajuato, ubicada en el centro de los Estados Unidos Mexicanos. Guanajuato es una pequeña ciudad colonial. El festival nació a mediados del cuando aún se representaban los entremeses de Miguel de Cervantes en las plazas de diversas ciudades guanajuatenses. En 1972, con apoyo del gobierno federal, se añadieron más atracciones artísticas a las representaciones tradicionales para darle al festival un aspecto internacional. Desde entonces ha crecido hasta ser uno de los cuatro mayores festivales de su género en el mundo.

 El F.I.C. es miembro de la Asociación Europea de Festivales y de la Asociación Asiática de Festivales Teatales. Además de los patrocinios gubernamentales, el festival recibe contribuciones de patrocinadores privados.

 

 

ORIGEN E HISTORIA

A pesar de no ser una ciudad muy poblada, Guanajuato, donde se lleva a cabo el festival, es culturalmente muy rica. La riqueza producida por la explotación de las minas durante el periodo colonial dio inicio a la tradición de los teatros y otros eventos culturales para satisfacer los deseos de las clases media y alta.

Es tradicional que la ciudad auspicie recitales, puestas teatrales y de danza, no sólo en los teatros sino también en muchas plazas pequeñas.


En 1953, Enrique Ruelas, profesor de la Universidad de Guanajuato, inició un espectáculo teatral anual titulado Los Entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra. En 1972, fundó el Coloquio Cervantino, simposio que se realizó entre junio y septiembre como extensión de la actividad teatral dedicada al autor de El Quijote. Ese mismo año, el presidente Luis Echeverría Álvarez propuso la creación de un festival cultural internacional con sede en la ciudad de Acapulco; no obstante, la tradición de Los Entremeses guanajuatenses primó sobre cualquier otro motiva para que Guanajuato fuera seleccionada como sede. De esta manera se conjugó la idea del primer evento internacional de 1972 con los espectáculos de catorce países, México incluido. Por eso también el evento de 1972 se considera formalmente como el de la fundación del festival.
Rápidamente el festival llamó la atención de personajes renombrados como Isabel II de Inglaterra y el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, quienes asistieron en 1975. En 1976, la Secretaría de Educación Pública, el Estado de Guanajuato, la ciudad homónima y la Universidad de Guanajuato establecieron, por decreto, la creación de un comité organizador encargado de invitar a los artistas tanto mexicanos como de diferentes nacionalidades. Algunos de los primeros en ser invitados fueron Mario Moreno Cantinflas y Dolores del Río. El comité continuó a cargo del Festival, trabajando conjuntamente con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Instituto de Cultura de Guanajuato. En 1978, Juan Carlos I de Borbón y Sofía de España asistieron como invitados de honor.


En la década de 1980, el Festival contó con las interpretaciones de Lázar Berman, Mercedes Sosa, la Orquesta Filarmónica de Nueva York, Joan Baez, Gilbert Bécaud, Mario Lavista, Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú, el Ballet Nacional de Canadá, el Teatro de Danza de Alwin Nikolais, el Teatro Bolshói, Sankai Juku, el Teatro Scena STU y el Teatro de Marionetas de Hungría.


En 1989, la UNESCO declaró a la ciudad de Guanajuato Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo que permitió la restauración de la mayor parte de su arquitectura tanto colonial como la del siglo XIX, incluyendo los teatros.
Durante la última década del siglo XX participaron en el festival artistas como: el Trío de Guitarras de Amsterdam, las Voces del Cambio, el Quinteto de Viena, Guadalupe Pineda, Krzysztof Jakowicz, Krystyna Borucinska, Kronos Quartet, Madredeus, el Teatro Abierto de Belgrado, la Compañía Lindsay Kemp y la Royal Shakespeare Company.
A partir del año 2000 se inició la costumbre de designar tanto a estados mexicanos y a países o regiones como invitados especiales. En el 2001 la región invitada fue Oceanía junto con el Estado de Veracruz. Las actuaciones de esos años incluyeron las de Hélène de Grimaud, Eugenio Toussaint, Juan Fornell y Los Van Van, la Sinfónica de Viena, Enrique Bunbury, Los Tigres del Norte, Panteón Rococó, Meno Fortas y Les 7 Doigts de la Main.
La ciudad fue declarada "Capital Cervantina de América" en el 2005, lo que dio lugar a que el gobierno federal acuñara en plata una moneda conmemorativa.
En el 2010, la 38o edición del festival fue dedicada a la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. Tres estados mexicanos, Chihuahua, Michoacán y Querétaro, junto con tres países, la Argentina, Colombia y Chile fueron los invitados especiales, ya que ellos también celebraban sus respectivos bicentenarios ese mismo año.[La edición de 2010 tuvo 3161 artistas de treinta y un países, con especial énfasis en la música y la danza tradicionales mexicanas.


TIPOS DE ESPECTACULOS





Habiendo sido bautizado como el escritor Miguel de Cervantes, el festival hace hincapié en las creaciones en lengua española,por lo que mantiene la propuesta original de que el Grupo Teatro Universitario de Guanajuato represente los “entremeses”. Además, el aspecto internacional consiste en crear un espacio de investigación e intercambio.

 The Ballet Folklórico de México, bajo la dirección de Amalia Hernández, se ha presentado continuamente desde un comienzo. Los más variados espectáculos (música clásica, danzas regionales mexicanas o acróbatas chinos) fueron invitados de todas partes del mundo.


 Cada año, el festival atrae a artistas de todo el mundo que representan los aspectos típicos de la cultura de cada país.
 Todo tipo de espectáculos hallan su lugar en el festival: la ópera, la música y la danza; el teatro, espectáculos al aire libre y las artes visuales; el cine y la literatura, así como conferencias o coloquios.


El festival también firmó un acuerdo con el MUTEK Festival de Montreal con el fin de hacer conocer al público mexicano, especialmente, nuevos espectáculos de música electrónica.

 






LEYENDAS


Callejon del beso



Callejon del beso
Se cuenta que doña Ana era hija única de un hombre intransigente y violento pero por fortuna, siempre triunfa el amor por trágico que éste sea.

Doña Ana era cortejada por un joven galán, don Carlos. Al ser descubierta por su padre, sobrevinieron el encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y lo peor de todo, casarla en España con un viejo y rico noble, con lo que, además, acrecentaría el padre su mermada hacienda.

La bella y sumisa criatura y su dama de compañía, doña Brígida, lloraron e imploraron juntas, pero de nada sirvió.

Así, antes de someterse al sacrificio, resolvieron que doña Brígida llevaría una misiva a don Carlos con la infausta nueva.

Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, pero de ella, hubo una que le pareció la más acertada.

Una ventana de la casa de doña Ana daba hacia un angosto callejón, tan estrecho que era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la pared de enfrente.

Si lograban entrar a la casa de enfrente, podría hablar con su amada y, entre los dos, encontrar una solución a su problema. Pregunto quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro.

Hay que imaginar cuál fue la sorpresa de doña Ana cuando, asomada a su balcón, se encontró a tan corta distancia con su joven enamorado.

Unos cuantos momentos habían transcurrido de aquel inenarrable coloquio amoroso, pues, cuando más abstraídos se hallaban los dos amantes, del fondo de la pieza se escucharon frases violentas. Era el padre de doña Ana increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que su amo entrara a la alcoba de su señora.

El padre arrojó a la protectora de doña Ana, como era natural, y con una daga en la mano, de un solo golpe la clavo en el pecho de su hija.

Don Carlos enmudeció de espanto, pues la mano de doña Ana seguía entre las suyas, pero cada vez más fría.

Ante lo inevitable, don Carlos dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin vida.

Por esto a este lugar, sin duda unos de los más típicos de nuestra ciudad, se le llama el Callejón del Beso







Plazuela de los carcamanes
plazuela carcamanes



Hace más de siglo y medio que vinieron a establecerse a esta ciudad dos hermanos extranjeros procedentes de Europa, según se decía por entonces. Su apellido Karlkaman Fue degenerado en Los Carcamanes para referirse a ambos.

La vida transcurría tranquila y bonancible para los hermanos, pero un mal día, al Amanecer la mañana del 2 de Junio de 1803, corrió como reguero de pólvora de que los vecinos habían encontrado los cuerpos yertos de los hermanos Carcamanes .

Y cuentan que cuando entraron a la casa que se hallaba abierta, el cuadro que se ofrecía a su vista era horrible, trágico y espeluznante, un doble asesinato por robarlos, fue la primera hipótesis que se formó en torno a su inesperada muerte. Sin embargo la realidad fue otra. Una joven tan bella como frívola que allí vivía, fue hallada también con una tremenda herida en medio del corazón esa misma mañana del 2 de Junio.

Se puede dilucidar que la frívola doncella sostenía relaciones amorosa con los dos hermanos, el primero, poseído de profunda cólera espero a que llegara el segundo y, como acontece en esos casos, ni el selfesco ni la vida en común a través de los años fueron obstáculos para que ocurriera la terrible tragedia.

En ciega e iracunda pelea se trabaron los Carcamanes , de la cual quedó tendido Nicolás y Arturo a pesar de hallarse muy mal herido, apoyándose en la pared con las manos ensangrentadas llegó hasta donde vivía la infiel y en su propio lecho la asesinó, volviéndose luego a su casa, donde se suicidó con la misma arma homicida.. cuando las autoridades intervinieron y se corrieron los trámites de rigor, el cuerpo de Nicolás fue inhumado en el que es ahora el templo de San Francisco, y Arturo en el panteón San Sebastián.

Y cuenta la leyenda que por ese rumbo de San José, a la casa de los Carcamanes tres espectros hacen el recorrido, apenas cae la noche, hasta la madrugada, lamentado su muerte y llorando su castigo.

La carrosa infernal

Créamelo que es cierto doña Teclita; pues yo lo he visto.

- No es posible, doña Genoveva. ¿Cómo puede cruzar las calles del pueblo a las altas horas ese coche endemoniado? Sin embargo, le afirmo que muchas personas me cuentan y me cuentan; ¿pero no será nomás tornillo de su fantasía?

- Pues a mí también me consta - intervino don Simón - y muy retecierto. Que sea espanto, doña Tecla o el mismísimo demonio, ¡Jesús nos asista!, es cosa que no le puedo afirmar; y como mi testimonio, hallará mil en el pueblo; y no solamente, sino hasta personas de absoluto crédito y honorabilidad pueden asegurarlo: ahí está la familia Moreno, que no me dejará mentir: muy entrada la noche, a veces en la madrugada, de pronto rompe el silencio de las tristes callejas el ruido del coche sobre el empedrado. Es un almatroste antiguo, pesado, de muelles resistentes y engranes ruidosos. Va cubierto con camisa de lona, como si estuviera siempre resguardado del polvo y el maltrato, y lo jalan dos mulas grandes; pero lo más curioso es que no lleva quién lo guíe; es decir, carece de cochero, aunque los animales van con las riendas tirantes, como si manos invisibles lo condujeran hacia el Misterio.

- ¿Y hace mucho que se aparece? - interrogó la vecina.

- Sí dona Tecla. Este espanto o demonio data de muchos años, después de la exclaustración, allá por el 60. Había en aquel tiempo un chinacote sin escrúpulos, que fue jefe político después, llamado don Cirilo Quiroz, que con Domingo Orozco fueron tremendos. ¡Qué tiempo aquel! ¡Si viera usted cuántas riquezas se perdieron! Dicen que este señor se entretenía en fusilar con su pistolete, en sus ratos de ocio, un cuadro de Cabrera que había en el descanso de la escalera monumental del convento de San Agustín. ¡Imagine usted qué imbécil ¡ y no sólo ese cuadro era bueno, había a montón: en uno de los patios estaba un Víacrucis de extraordinario mérito, debido a una firma colonial. En Guanajuato, en la capilla del colegio del Estado, existe aún la Adoración de los Reyes un óleo que es una joya, debida a José Juárez, igual al de la Academia de San Carlos, y una Biblia políglota, edición incunable, única por su tamaño inmenso, pues extendida abarca casi dos metros, en la Biblioteca del Colegio del Estado, pertenecientes, como digo, a nuestro convento agustiniano.

- Pero es usted muy sabiondo, don Simón.

- No, doña Tecla- intervino doña Genoveva -. Mi marido fue estudiante, sino que destripó .

Pues como le decía: el general don Manuel Doblado se llevó también muchas riquezas en libros y en cuadros; pero principalmente Maximiliano; ese si no tuvo abuela. Figúrese que los Calepinos o Artes para aprender otomí, tarasco y otros idiomas de naturales, fueron a parar hasta Austria, donde deben estar. Enriqueció su palacio con obras del convento. Pues verá usted: se cuenta que Quiroz se dirigió al templo de San Agustín; los frailes se disponían a abandonar su albergue, corridos por la Reforma; el convento se quedaba solo. Fray Angel Gasca, el Padre Provincial, como el capitán de un navío, fue el último que abandonó el claustro. En el templo había la consiguiente agitación: los fieles se apretaban observando los acontecimientos. Pues como digo, Cirilo Quiroz se abrió paso, dirigiéndose al Sagrario, ¡alabado sea Jesús Sacramentado!, y rompió la cerradura sacra, deseando apoderarse de los cálices y los copones de oro; pues sí señora, tuvo el gusto de romper la pequeña puertecita y metió la mano, y, al instante, una mano fuerte e imperiosa la detuvo la diestra pecadora, evitando el desacato. Don Cirilo Quiroz lanzó un grito, con los cabellos erizados, y se retiró prontamente del altar, todo confuso. De ahí comenzó a no ser bueno, como que se hizo paralítico, como que se tirició , algo así. Verá usted: andando el tiempo
después de su muerte, comenzó por oírse ese coche que jalan mulas sin auriga; algunas gentes dicen que después de pasar la calle del Relox . . .

- ¿Cuál es la calle del Relox, don Simón?

- La misma del convento, la que ahora se llama de Alberto Soto; en la esquina de la Penitenciaría hubo una escuela que desde tiempo inmemorial la llamaban la Escuela del Rey , y arriba, sobre el muro, un viejo relox que dio el nombre a la calle, ¿sabe usted?

- Prosiga don Simón, estoy muerta de miedo.

- Pues verá usted: decía que el coche pasa por la calle del Relox; luego se va al centro, por el Hospital, deteniéndose en la Plaza. Hacia la esquina de la calle Marte, hoy Tomasa Esteves, y precisamente en el lugar en donde estuvo la Jefatura, en lo que fue la puerta de las Casas Consistoriales, se detiene la carroza y baja del interior un hombre embozado en amplia capa negra; dicen que es el alma de don Cirilo Quiroz. Al dejarlo, el coche sigue su misteriosa ruta, toma por Las Tres Caídas , sigue por el Santuario y se pierde a lo lejos. ¿A dónde va? . . . ¡quién lo sabe! Si lo mira, por las dudas póngale la cruz, no vaya a ser el diablo.

Dos meses después, llegó azorada una mañana, doña Tecla.

- ¡Ay señor don Simón! ¡Ay doña Genovevita! Hoy en la mañana barría mi calle; estaba la luna muy bella, aclarándolo todo, como que la luz eléctrica se apagó, cuando, ¿ángeles del cielo!, oigo ruido de coche: ¡haiga cosa! Lo que menos me acordaba. Dio vuelta de la primera calle de Tomasa Esteves y lo veo venir por el templo de Las Tres Caídas: el mismo coche, con su eterna cubierta de lona y sus mulas. Como viera que me iba a atropellar, me pegué a la pared y vi, señor, vi el coche, sin cochero, con las riendas tirantes; producía un ruido terrible sobre las piedras. Cerré los ojos, y cuando vuelvo a abrirlos, creyendo ser toda alucinación, veo que se pierde a lo lejos por toda la calle ¿Pero qué es eso, don Simón? ¿Qué indica? ¿Qué es lo que persigue? ¿Es alma en pena, o demonio familiar?

- Señora, como conseja, es muy antigua, y todos, viejos y muchachos, a veces nos toca ver esa carroza que, en mi opinión, la lleva el diablo, muy flojo o muy indiferente a los humanos, pues tonto deja correr los años malgastados el tiempo que debía emplear mejor en su provecho, ¿no lo cree así, doña Teclita? Y más cuando se tienen ojos tan bellos como o de usted, que no hay quien no envidie a su marido . . .
 La princesa de la bufa


Dícese que en el pintoresco y bello picacho del cerro de la Bufa alienta una princesa encantada de rara hermosura, que en la mañana de cada uno de los jueves festivos del año, sale al encuentro del caminante varón, pidiéndole que la conduzca en brazos hasta el altar mayor de la que hoy es la Basílica de Guanajuato, y que al llegar a ese sitio volverá a renacer la ciudad encantada, toda de plata, que fue esta capital hace muchos años, y que ella, la joven del hechizo, recobrará su condición humana.

Pero para romper este encantamiento hay condiciones precisas, tales como que el viajero, fascinado por la belleza de la joven que le llama, tenga la fuerza de voluntad suficiente para soportar varias pruebas: que al llevarla en sus brazos camine hacia adelante sin turbación y sin volver el rostro, no obstante escuche voces que le llamen y otros ruidos extraños que se produzcan a su espalda.

Si el elegido pierde la serenidad y voltea hacia atrás, entonces la bella muchacha se convierte en horrible serpiente y todo termina ahí.

La oferta es tentadora: una lindísima muchacha y una fortuna inacabable, pero, ¿quién es el galán con temple de acero que puede realizar esta hazaña?

Por lo visto las condiciones son precarias, pues Guanajuato, el Estado que hoy conocemos, tiene más de cuatro siglos de vida y no ha habido quien cumpla los requisitos para deshacer el hechizo.


Callejon del truco



La gente que allí vive, asegura que una sombra de varón, vestido a la usanza, con larga capa, sombrero de ancha ala calado hasta las cejas, de modo que sólo deja de ver dos chispas a manera ojos sobre el rostro pálido y desencajado, se desliza apresurado a lo largo de esta calle cuando el silencio y las sombras de la noche son completas.

Es la sombra de Don Ernesto, que sigiloso se detiene delante de una puerta y llama tres veces. Se oye un chirrido de ultratumba y entra el caballero. Es la Casa de Juego, a la que sólo van los más ricos. Se juega en grande: primero las bolsas repletas de oro, después las fincas, luego las haciendas. Es mal día para don Ernesto. Ha perdido tres o cuatro de sus mejores propiedades. Está nervioso como nunca. La fortuna le ha dado la espalda. Hace un recuento en la mente y advierte que lo ha perdido todo.

No todo, amigo, aún queda algo de valor .
- ¡El diablo lo supiera! ¿Qué es?
- Y va en una jugada por cuanto habéis perdido, en el primer albur - agrega la primera voz.
Don Ernesto, fuera de sí exclama:
- ¿A qué os referís? ¡Decidlo de una vez!.
- ¡Calma, calma! - Agrega el contrincante.
- ¡Qué tenga vuestra madre! - grita de nuevo el desafortunado caballero.

Su adversario se inclina sobre la mesa para musitar unas palabras al oído de don Ernesto...
- ¡No por Dios! ¡Ella no! - grita el perdidoso en el colmo de la exaltación.
- Resolveos, así podréis recuperar vuestras riquezas ...

Transcurren unos instantes de lucha en el interior del jugador, y al fin exclama:
- ¡Sea pues! ¡A la carta mayor!
Su amigo, parsimoniosamente, coloca sobre la mesa dos cartas; una sota de oros y un seis de espadas...
- ¡A la sota! - grita don Ernesto temblando de emoción.
Se deslizan los naipes fatídicos... siete de bastos, tres de oros, caballo de copas y al fin aparece la carta maldita, el seis.
- Perdéis nuevamente .

El caballero queda mudo, sin moverse, como desplomado sobre sí mismo.

Ha jugado a su bella esposa. Es hombre de palabra y tiene que cumplir.

Esa vez su adversario fue el propio diablo, por eso don Ernesto no vio una sola jugada.
El esprecto del teatro juan valles
El coronel Peña un hombre de pelo en pecho. Connotado liberal, había militado en algunos combates, se había revelado siempre por una firmeza de carácter excepcional.siendo muy niño un acontecimiento terrible amargó su infancia: una noche dos desconocidos condujeron a su padre hacia su casa, trastornado por exceso en la bebida, y tomando el viejo aldabón llamaron.La esposa esta abrió y los individuos, lo condujeron hacia su lecho, y mientras la señora volviase a entornar los postigos de la ventana, uno de aquellos, de certera puñalada termino con la vida de don Francisco. Los desalmados huyeron, no volviéndose a saber más, quedando todo sumido en el más absoluto misterio.La viuda quedó con sus hijos pequeños en una dolorosa situación económica, y su hijo Francisco tenía siempre ante sus ojos la impresión del suceso que lo hizo huérfano, y sólo deseaba esclarecer los ocultos motivos del asesinato sin nombre cuya víctima fue el autor de sus días. Corrieron muchos años, y una noche, en una cantina, encontró a un perdonavidas más bien que fanfarrón, de sombrío aspecto. Este, ante su auditorio, exageraba la hazaña; de pronto interrumpióse para fijar la mirada en don Francisco Peña y, con sonrisa desafiante, se encaró con él: Yo maté a su padre -le dijo -de una certera puñalada, y ya ve que tenía fama de valiente; me pagaron porque lo hiciera y ni las manos metió.Una ola de sangre pasó por don Francisco y pocos momentos después, sobre el viscoso pavimento de la taberna, un hombre se desangraba agonizante. Don Francisco Peña se presentó a las autoridades siguiéndose la causa respectiva y saliendo al fin absuelto. Cuando al pasar el tiempo recordaba, una arruga profunda surcaba su frente. Pensaba tal vez en sus tiempos de niño carente de todo, en su soledad de huérfano y en las mudas u eternas lágrimas de su madre. ¡Cuántas veces lo sorprendió la esposa, en tiempos muy posteriores, delante de un cuadro obscuro y borroso que representaba a Cristo en la cruz! ¿Meditaba tal vez en aquel rasgo suyo en el cual palpitaban encontrados sentimientos de venganza o de justicia?... después la malicia fue su carrera, hasta que en el año 96 lo encontramos, Vivía Peña a la mitad del Callejón del Diezmo, en una casa conocida por la del Molino, y hacia la esquina de la misma cuadra donde estuvieron las fábricas de porcelana del señor cura don Luis Saavedra, habitaba una sobrina del sacerdote, llamada dona Rosa Saavedra; en frente, con la calle de por medio, había una morada humilde, ocupada por una familia que contaba entre sus miembros una mujer joven llamada Teresa La Loca , pues se encontraba demente. Pronto corrió por el vecindario la noticia de que le cura Saavedra, fallecido tiempo hacía, se presentaba a Teresa La Loca , la cual se retorcía en supremo espanto, y tiritando, con las piernas encogidas, se apostaba en la banqueta de la calle dando gritos de pavor. Todo el mundo atribuía a la falta de seso las visiones de Teresa y nadie la tomaba en serio, puesto que ni sus mismos familiares le daban crédito. ¡Cuántas veces la encontró Peña empalidecida por el espanto! Y al preguntarle la causa de su azoramiento, contestaba la infeliz demente, con ojos desorbitados: - Es el cura, aparece -. Peña pasaba de largo, con una sonrisa incrédula, moviendo la cabeza. el 9 de noviembre del 96, que fue lunes, en que la Iglesia Católica conmemora Los fieles difuntos , salió el coronel Peña de su casa a hacer su inspección diaria por la población, a eso de las diez de la noche, acompañado de Manuel González.
El vecindario, de suyo pacífico, se encontraba recogido; durante el día habían ido en piadosa remería a visitar los camposantos de San Pedro, Nuestra Señora de San Juan San Antonio y las Flores. La gente principal con flores y composturas para los que fueron; los pobres, haciendo día de campo y llevando a las tumbas las ofrendas de pan y tamales, que después comían. Los faroles se habían suprimido, pues que esa noche había luna y, cuando esto pasaba, no se encendía el alumbrado por economía del exiguo presupuesto. Por las rendijas de las puertas había luz, pero en las calles uno que otro transeúnte pasaba. El toque de silencio de la penitenciaría sonaba a lo lejos, invitando al recogimiento de los guardas; solamente los centinelas, en su garitones, gritaban su contraseña de cuarto en cuarto de hora. cerca del Teatro Juan Valle vió don Francisco Peña a un bulto que le llamó la atención; parecía envuelto en un capote negro, y al pasar junto a él se agachó, como recatándose de curiosas miradas. Peña pensó en don Margarito Arteaga, que traía trapicheos con una mujerzuelilla que vivía por el barrio, e hizo intención de hablarle con sorna, pero prefirió no darse por entendido; sin embargo, dijo a Manuel González.-¿Quién será éste?
- Probablemente don Margarito -agregó el segundo -; no sale de por aquí.
Con esta propuesta afirmó su idea y pensó que el asunto se prestaba para jugarle una chispeante travesura. El martes siguiente salió solo de su casa, tomó la misma dirección que la vez anterior, y percibió cerca de las ventanas enrejadas de la familia Hernández al individuo en cuestión, que de pie lo esperaba, cubierto con el balandrán, y conforme se acercaba el coronel, echó a andar, metiéndose en el pórtico del teatro, evitando el encuentro.Peña apretó el paso y entró resuelto al pórtico, decidido a descubrir al incógnito. Prendió un cerillo y no encontró ningún rastro por donde hubiera desaparecido, ya que hasta halló cerradas perfectamente las puertas que conducen al patio; un estremecimiento de pavor recorrió su cuerpo; pero supo sobreponerse. Salió a la calle llamando al sereno y éste, alumbrándole con la linterna lo acompañó a hacer un minucioso registro que resultó inútil. - Yo también he visto muchas veces ese bulto -le dijo el guarda -y no se me hace cosa buena. El 4 de Noviembre, impulsado el coronel por las ideas obsesionantes de las veladas anteriores, determinó a toda costa descubrir el misterio; su vida en la milicia había modelado el carácter con tendencias al racionalismo y a la despreocupación, y su actuación liberal no le permitía admitir muchas cosas que, según él, no podrían suceder, sosteniendo siempre, cuando la ocasión lo facilitaba, controversias en las cuales negaba con maniática terquedad toda la intervención del mundo visible. Ignoraba el coronel Peña que existen cosas sobrenaturales e incomprensibles, según la frase de Pascal, en los cuales el entendimiento humanos naufraga en vino por e encontrar la solución. Esa noche desde lejos divisó el bulto; comenzó a caminar tomándole la delantera y percibió con toda claridad que traía un vestido talar y encima el sobrepelliz o roquete blanco. Casi maquinalmente lo siguió, volvió a llamar al sereno como la noche anterior y al acercarse el gendarme con la linterna, inquirió don Francisco:
-¿No hay novedad, Pascual?- No, señor -, contestó el hombre.En ese momento el fantasma se colocó entre ambos interlocutores, desafiando la luz de la linterna. El coronel Peña lo distinguió con toda claridad, pero sin denunciar su emoción, haciendo violencia a su preocupación, denominándola con su voluntad. Murmuró sordamente: Acompáñeme a la estación. Y ambos se perdieron hacia los suburbios. Volvió el coronel el día 5, atenaceado por aquella idea turbadora, más con curiosidad que con miedo; había hablado ya en su casa del fenómeno, y la esposa, doña Manuela Yépez, le había aconsejado que tuviera entereza para hablar con el espíritu; pero esa noche en vano recorrió la calle una y muchas veces; esperó en la esquina, pasó repetidas veces por el teatro, exploró su interior, y nada halló. Aquí si podría afirmarse que provocaba el fenómeno, que una profunda sugestión lo dominaba; pero salió su esfuerzo infructuoso. De pronto las doce sonaron en los templos uniéndose a los silbatos tristes y monótonos de los gendarmes. Regresó a su hogar un poco contrariado; creía haber aumentado sus conocimientos en aquellas andanzas, y volvía descontento, juzgando haber sido todo producto de morbosa alucinación.El 6 de noviembre, viernes, salió de su casa rumbo al teatro; el bulto misterioso estaba allí, sentando en la banqueta de la calles. Al aproximarse Peña, se levantó; ahora se distinguía con toda claridad: un sacerdote anciano, perfectamente materializado, lo invitaba a aproximares. Don Francisco creyó desmayarse, pero pudo imponerse a sí mismo. Caso más bien con el pensamiento articuló:- En nombre de Dios, dime: ¿quién erres, qué es lo que debes y por qué andas penando? Y una voz salida de algo tan artificioso que parecía inverosímil, sonidos articulados como a través de un fuelle, con entonación desusada y nunca oída, contestó: - Soy el cura Saavedra. Escúchame y apiádate de mi alma: un mérico dueño de un cuantioso tesoro, estando moribundo llamó al padre Hincapié revelándole que, en determinado lugar, había un tesoro consistente en oro robado a las conductas durante las guerras con los españoles en 1810; que sacará ese dinero dedicando una parte para mandas , entre ellas unas misas al Señor del Hospital, algunos rosarios y cubriera determinados compromisos. El padre Hincapié, a pesar de haberles señalado precisamente el lugar del tesoro, no hizo por sacarlo, y así pasó el tiempo hasta que a mí me tocó auxiliar a Hincapié en sus últimas horas. Tampoco yo saqué nada a pesar de habérmelo recomendado el padre con angustiado ahínco, y ahora vengo a suplicarte, por amor de Jesucristo, me saques de penas. Mi alma no descansará en la paz del Señor hasta que ese dinero no se recoja. Ayer jueves no vine, porque era día de oración y los seres del más allá nos entregamos totalmente a ella. ¿Qué saben los humanos de la verdadera vida? Saca ese dinero, que se encuentra en la casa ocupada por mi sobrina doña Rosa, háblale en mi nombre y ella accederá. En el ángulo de la segunda pieza, hacia el norte, hallarás, escarbando un metro, una loza escrita, debajo de ella los huesos del hombre que el desdichado mérico hizo víctima de su infame codicia. Procura enterrar luego en lugar sagrado la osamenta que te indico, la cual debe reposar en su fosa hasta la consumación de los siglos, cumple con las mandas y Dios te bendecirá, no pudiendo encarecerte la recompensa que se te espera; únicamente sabe que, en la otra vida, pagaré con creces la caridad
Ya hacia la madrugada, los parientes de don Francisco Peña, alarmados por su ausencia, procedieron a buscarlo, hallando sobre la banqueta del teatro Juan Valle el cuerpo exánime del coronel.
Todo se realizó como se ha dicho. Doña Rosa Saavedra no puso reparo en facilitar la casa para la correspondiente búsqueda; se hizo la excavación, encontrando el esqueleto y las señas dadas por el cura don Luis Saavedra, así como armas enmohecidas y mosquetes del tiempo de la colonia. Se pagaron las misas y los rosarios y, según el decir del coronel Peña, a la hora de Incarnatus Est, en el Credo, el sacerdote Saavedra, que momentos antes se aparecía, inclinaba la cabeza adorando la encarnación de Dios hijo en una profunda reverencia, y luego se desvanecía. Parece que el dinero no lo sacó Peña, sino otras personas; pero desde aquellos aciagos días la salud del coronel quebrantóse sobremanera. Una noche del mes de diciembre, ya cercano el amanecer, vió en el rodapié de la cama al cura, que lo miraba con fijeza desconcertante.- Vengo a darte las gracias -le dijo.
El coronel respondió al punto:Por amor de Dios, déjame en paz; ya no puedo tolerar tu presencia.
Al año siguiente, cinco meses después de lo acaecido, el 7 de abril de 1897, siendo jueves santo, como a las doce de la tarde venía Peña montado en su caballo rumbo a la Jefatura, que quedaba en la esquina de la plaza, en la casa donde ahora vive don Pedro Arredondo, cuando al bajarse del corcel sintió una profunda punzada en el corazón, dobláronse sus piernas y quedó muerto en el acto. Los médicos opinaron por un aneurisma, pero, en opinión de sus familiares y del vulgo, la causa determinante de su muerte fue la macabra visita del cura de Salamanca.

La casa a que esto se refiere, guardadora de un tesoro, pertenece a la familia Acosta.


El usurero del baratillo

En la Plaza del Baratillo fue muy conocido. Allí vivió todavía en tiempos de la Revolución de 1910. Dos o tres veces al día, cuando el hambre lo acosaba materialmente clavando sus aguijones en las paredes del estomago bajaba la escalera de su casa. Sólo así se habría el pesado zaguán, hermético por el resto de las 24 horas del día. Rápidamente cambiaba unos centavos por atole y tamales o bien por nopales y tortillas, según la hora, y sin cruzar palabra con nadie, volvía otra vez a su encierro.
La gran puerta de madera dejaba oír el 

Plaza del baratillo
crujido de sus goznes herrumbrosos, para continuar irremediablemente cerrada. Era el usurero del Baratillo, como dio en llamarle la gente del pueblo.
Hombre enjuto, de mirada extraviada, blanco, estatura regular, bigote y piocha que dejaban ver evidentemente un rostro sin afeitarse. Vestía pantalón negro y camisa que se suponía blanca en otros tiempos. Este hombre eran tan rico, que por haber acumulado tan inmensa cantidad de monedas de oro perdió la razón. Del ropero y del arcón donde guardaba su caudal, llevaba las talegas a su casa y allí las depositaba. Ese ruido tan peculiar era toda su obsesión...Dicen que ese tesoro provenía del montepío que tuvo en su propia casa por muchos años y por prestar con muy altos intereses.
Fue también proverbial que la gente atribuyera al sombrío prestamista esta frase: "peso que no deje diez, para qué es." Prestaba su dinero en oro y ponía como condición que se le devolviera en oro. Una ocasión tropezó con un hombre demasiado listo, quien logró sacarle a plazo corto como dos mil pesos con el 25 por ciento, pagaderos en ocho días, pero que lejos de liquidarle, huyó llevándose el dinero. Fue esta la causa definitiva de su locura. Desde ese día para el usurero no hubo más obsesión que contar su dinero y chapotear con sus manos repletas de monedas, que dejaba escurrir para escuchar cómo sonaba al golpear unas con otras.
Los vecinos lo ven casi todas las noches, y las familias que han vivido en esa casa oyen sus pasos en las escaleras que suben o bajan, y por las noches oyen también en tintineo de las monedas. Es el usurero del Baratillo que cuenta su tesoro, tesoro que, como hasta ahora nadie lo ha encontrado, se asegura que sigue escondido en varios sitios de la casa, pues en medio de su gran avaricia pensaba que de ese modo jamás podrían encontrarlo.


CERRO DE LA BUFA

 Pocas ciudades como está tienen una historia y una leyenda tan interesante; tal vez por no conocerse su verdadero origen, la imaginación del hombre ha tejido ese velo de fantasía alrededor de Guanajuato.

Otra razón hay para que surgiera esta leyenda: la fabulosa riqueza de la plata que hubo y que hay en sus minas.

Fantasía y riqueza, dos ingredientes muy apropiadas para forjar una leyenda como la que vamos a referir.

Dícese que en ese pintoresco y bello picacho del cerro de la Bufa alienta una princesa encantada de rara hermosura, que en la mañana de cada uno de los jueves festivos del año, sale al encuentro del caminante varón, pidiéndole que le conduzca en brazos hasta el altar mayor de la que hoy es la Basílica de Guanajuato, y que al llegar a ese sitio volverá a esplender la ciudad encantada, toda de plata, que fue esta capital hace muchos años, y que ella, la joven del hechizo, recordará su condición humana.

Pero para romper este encantamiento hay condiciones precisas, tales como que el viajero, fascinado por la belleza de la joven que le llama, tenga la fuerza de voluntad suficiente para soportar varias pruebas; que al llevarla en sus brazos camine hacia adelante sin turbación y sin volver el rostro, no obstante escuche voces que le llamen y otros ruidos extraños que se produzcan a su espalda.

Si el elegido pierde la serenidad y voltea hacia atrás, entonces la bella muchacha se convierte en horrible serpiente y todo termina ahí.

La oferta es tentadora: una lindísima muchacha y una fortuna inacabable, pero ¿quién es galán con temple de acero que pueda realizar esta hazaña? Por lo visto las condiciones son precarias, pues Guanajuato, el Estado que hoy conocemos, tiene más de cuatro siglos de vida y no ha habido quién cumpla los requisitos para deshacer el hechizo.

Escritores y poetas nacen y mueren con mayor o menor galanura en el lenguaje todos repiten la leyenda, como un canto a Guanajuato, a la Bufa y a la hermosa princesa encantada.